"ESTE PROGRAMA ES ESPERANZA, PARA UN NUEVO FUTURO, PARA UNA NUEVA VIDA".
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"El caso de María es un ejemplo perfecto de los servicios integrales y diversos que LAS y Metropolitan pueden proporcionar a las víctimas de violencia doméstica", dijo la abogada gerente de Legal Aid Society, Melanie MacBride, al presentar a María en el almuerzo de los Premios de Igualdad de Acceso a la Justicia 2019.
María llegó originalmente a LAS a través de nuestro Proyecto contra la Violencia Doméstica de la Universidad de Chicago, en el que un abogado de LAS supervisa a los estudiantes de Derecho de la Universidad de Chicago mientras ayudan a las víctimas de la violencia doméstica a obtener órdenes de protección. Para encontrar clientes, el abogado y los estudiantes simplemente pasan el rato en el tribunal de violencia doméstica, con la esperanza de conocer a alguien que necesite ayuda.
Y lo hicieron.
"Durante años viví con la violencia doméstica, sin saber qué hacer, adónde ir, sin dinero, sin familia... así que seguí viviendo con esta situación de violencia doméstica", cuenta María. "Un día dije basta. Mis hijos me necesitan, no pueden seguir viendo esta situación. Esa fue la primera vez que vine al juzgado".
Al llegar sola al juzgado para intentar obtener una orden de protección, María fue entrevistada por un estudiante de Derecho de la Universidad de Chicago, que aceptó su caso para representarla.
"No me dijo que fuera a esa oficina o que tenía que hacer esto primero", recuerda María. "Sólo me dijo: '¿En qué puedo ayudarte? Me escuchó".
María había acudido al juzgado de violencia doméstica porque su marido, en un intento de controlar y manipular a María, amenazó con suicidarse y tomó pastillas, por lo que fue hospitalizado. Unos días antes, cuando María se negó a darle dinero, él se enfureció y se puso encima de ella y empezó a estrangularla y a darle bofetadas en la cara. También amenazó con matarla y suicidarse, entre otras cosas.
Gracias a la representación de LAS, María obtuvo una orden de protección a largo plazo.
"Por fin mi marido no va a volver a mi casa, no me va a molestar más. Yo estaba tan feliz de que comenzaron mi nueva vida ", compartió.
Además de las protecciones típicas de ordenar a su agresor que se mantuviera alejado de ella y darle la posesión de sus hijos, la orden en realidad le permitió permanecer en una residencia propiedad de la familia del agresor, donde ella había estado residiendo, y le exigió que pagara todos los gastos asociados a la residencia, además de la manutención de los hijos. Esta estabilidad y apoyo financiero permitieron a María disponer de la estructura que necesitaba para conseguir una nueva vivienda para ella y sus hijos.
La ayuda para obtener una orden de protección a largo plazo fue en realidad sólo el comienzo del viaje de María con Metropolitan. La abogada del personal que supervisa el Proyecto de la Universidad de Chicago, Angie Eden, aceptó el caso de María para la representación de divorcio, donde María finalizará su separación de su abusador.
Cuando el marido de María violó la orden de protección, la LAS puso a María en contacto con el programa de defensa judicial de Metropolitan. Alex, un defensor judicial, la acompañó a lo largo del proceso de solicitud de que el Estado presentara cargos penales y estuvo a su lado durante todas las fechas del juicio penal, asegurándose de que comprendiera sus derechos y lo que estaba sucediendo con el caso.
"Todo el mundo estaba allí para ayudarme", dijo María.
Al concluir la causa penal, el agresor se declaró culpable de la infracción. Como parte de su declaración de culpabilidad, se le ordenó asistir a asesoramiento sobre violencia doméstica, someterse a una evaluación de alcohol y drogas y a una evaluación de salud mental.
María también es ahora una parte importante de la sede de Metropolitan en North Center, participando regularmente en el popular grupo de apoyo que se celebra allí para supervivientes de habla hispana de la violencia doméstica. Sus hijos también reciben asesoramiento en North Center.
Al presentar a María, Melanie compartió que la energía de María es una contribución bienvenida y apreciada en North Center.
"¿Cómo me veis ahora? No era así cuando llegué aquí [a LAS]", dijo María a una sala llena de simpatizantes en el almuerzo. "Ahora soy cada vez más fuerte y sé que puedo hacerlo. Y todo esto sucedió gracias a la buena gente [de la Sociedad de Asistencia Legal y Servicios Familiares Metropolitanos], todos ellos estuvieron allí, haciéndome la vida más fácil y ayudándome. Sin ellos, no creo que pudiera lograrlo. Pero quiero hacer lo correcto para que el futuro sea mejor para mí y mis hijos".
"Cuando estaba tan perdida, pensando que nadie me iba a ayudar, ellos estuvieron ahí para mí", dijo María. "Sé que hay mucha gente como yo, que sufre y no sabe qué hacer, pero este programa ayuda. Este programa es esperanza, para un nuevo futuro, para una nueva vida para una mujer como yo".
La ovación que recibió de la sala es sólo un testimonio del poder del coraje y la determinación de María.
"María es un valioso miembro de la familia Metropolitan", dijo Melanie, "y nos sentimos tan afortunados como ella de haber estado allí el día que entró en el juzgado de violencia doméstica."
Vea a continuación parte de las declaraciones de María: