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PADRES JÓVENES
"Había estado intentando crear una mayor oportunidad para mí, y sentí que este programa podía ofrecérmela".

"Me gustaría que todos los padres supieran que todos son padres del año", dice Kyle, participante en el Programa de Padres Jóvenes y uno de los galardonados en el banquete anual de este año del Programa de Padres Jóvenes de la Familia Gerst. "Todo el mundo debería tener la mentalidad de que estás haciendo un gran trabajo como padre, porque lo estás intentando. Aunque no consigas algunos fines, sigues intentándolo. Eso es lo que significa ser padre, intentarlo".

El hijo de Kyle, de dos años, y su hija, de uno, se benefician cada día de la preparación para el trabajo y de la formación para padres en la que Kyle participó a través de Padres Jóvenes. "He sido mucho más positivo, no me conformo con menos", dice.

Cuando empezó el programa de dos semanas, Kyle tenía un trabajo a tiempo parcial que describe como "bastante sin futuro". Nathan Wright, el gestor de casos, le había hablado del programa al hermano de Kyle, pero no fue hasta que Kyle escuchó a Nathan hablar del programa en otro evento que se convenció de su existencia. La pasión de Nathan por el trabajo animó a Kyle a ponerse manos a la obra y llamó a la mañana siguiente.

"Era una oportunidad. Había estado intentando crearme una oportunidad mayor, y sentí que este programa podía ofrecérmela", dice. "Cuando fui a conocer a Nathan, ya me había decidido".

Nathan dice que le impresionó el compromiso de Kyle por mejorar su situación. Al entrar en el programa Padres Jóvenes, la difícil situación en la que vivía Kyle -se había mudado y compartía casa con su madre y su mujer- le hizo sentirse aislado y abrumado; pero, según Nathan, hablar de sus problemas con otros hombres que le entendían le ayudó a salir de su caparazón. Se relajó un poco más y utilizó el apoyo que le ofrecía el programa como trampolín para ir más allá en la conciliación de la vida familiar, la vivienda y el empleo. "El programa se le pegó de verdad", dice Nathan. "Su estado de ánimo cambió".

Ahora, Kyle tiene un trabajo mejor, un trabajo a tiempo completo. Su progreso se nota; gracias a la orientación ofrecida en el programa, no dejó su trabajo a tiempo parcial "bastante muerto" hasta que encontró otro empleo, y aunque tampoco le gustaba ese trabajo, gracias a Young Fathers encontró uno mejor. Está cursando un programa de admisión en medicina en la Universidad Rosalind Franklin junto con su mujer, que estudia allí para ser enfermera diplomada.

Y lo que es más importante para Kyle, a través de Young Fathers aprendió técnicas de crianza y la importancia de encontrar un equilibrio entre mantener a sus hijos y pasar tiempo con ellos. Dice que lo que más le interesó fueron las sesiones sobre cómo construir una relación con sus hijos priorizando el tiempo con ellos sobre el beneficio económico, y cómo disciplinarlos de forma constructiva.

"He sido mucho más positivo, no me conformo con menos", dice Kyle sobre su perspectiva tras completar el programa. "Intento seguir progresando".