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"Algún día podré seguir adelante y hacer algo con mi vida"

En mayo de 2012, Mandy se mudó a un apartamento del sur de Chicago gestionado por el programa CILA de Metropolitan Family Services.

"Cuando empecé, tenía miedo. No quería estar aquí, no quería irme de casa", dice Mandy. Lloraba todo el tiempo, no se duchaba ni se lavaba la ropa, no salía de su habitación. Sin embargo, poco a poco empezó a sentirse mejor. Su compañera de piso le ayudó mucho, al igual que Angela, la gestora de su caso.

"Pude ver que era una persona fuerte. No me gustaba a mí misma, y tuve que llegar al punto de que primero tenía que gustarme a mí misma", dijo Mandy.

Salió de su habitación y empezó a cuidarse mejor. Le ayudó que el personal del CILA le dijera que se sentía mejor. Trabajó mucho para aceptarse y quererse a sí misma.

"Tienes que ser tú quien lo haga primero. Nadie puede hacerlo por ti", dice Mandy.

El CILA ayuda a personas como Mandy en un entorno de vivienda compartida para adultos con enfermedades mentales, con personal las 24 horas del día. El personal se encarga de la gestión de los casos, el control de la medicación, el transporte a las citas médicas y la formación para aprender habilidades de la vida diaria.

Mandy se graduó en el CILA en septiembre de 2015 y está orgullosa de tener su propia casa. Se desplaza por sí misma, va de compras y al médico, gestiona con éxito su propia medicación.

"Toda mi vida he dejado que la gente hiciera las cosas por mí; no sabía hacer nada por mí misma", dice Mandy. Ahora trabaja para hacer realidad su sueño de ser cantante y, si eso no funciona, quiere ser terapeuta porque le encanta ayudar a la gente. "Voy a conseguirlo. Ya lo he conseguido", afirma.

"Mandy es un gran ejemplo de lo que un graduado de CILA puede lograr", dijo el administrador de casos Angela. "Le va bien en su propio apartamento y vuelve a visitarnos a menudo y nos mantiene informados de cómo le va. Una vez que eres parte de CILA, siempre eres de la familia. Ella ayuda a mantener a nuestros residentes actuales animados para que tengan un ejemplo brillante de cómo puede ser su propia recuperación. ¡ADELANTE MANDY!

"El CILA me salvó la vida. No me conocía en absoluto", dice Mandy. "El personal te ayuda a explorar y a hacer cosas por ti misma. Empiezas a sentir que puedes quererte, que te quieren, por mí misma y por los demás. La gente me quiere de verdad aquí en el CILA".

"Aquí pasé por muchas cosas y ahora estoy mejor. Algún día podré seguir adelante y hacer algo con mi vida", dice Mandy. "Cualquiera que tenga un problema, el CILA es el lugar al que acudir".