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Doris ha abogado por que el CILA sea financiado y pagado en su totalidad por el Estado de Illinois. Lea aquí su declaración.

"Mi objetivo es convertirme en esa mujer que llevo dentro"

Doris Neylon salió de prisión en el verano de 2015 sin tener adónde ir ni cómo conseguir la medicación que necesitaba para tratar su esquizofrenia y su trastorno bipolar.

Durante 120 días vivió en las calles de Chicago, lavándose en el baño de un McDonald. Pero ahora, cuando va a McDonald's, va a trabajar.

"Estoy abrigada, a salvo, segura, tengo mis medicinas y gente con quien hablar", dice Doris. "Me emociona estar en el CILA. Alguien se preocupa por mí".

En noviembre de 2015, Doris se mudó a un apartamento del sur de Chicago gestionado por el programa CILA de Metropolitan Family Services. CILA ofrece un entorno de vivienda compartida con apoyo para adultos con enfermedades mentales, con personal las 24 horas del día. El personal ofrece gestión de casos, control de la medicación, transporte a citas médicas y formación para aprender habilidades de la vida diaria.

"Proporcionamos un sentimiento de pertenencia y hacemos que la gente se dé cuenta de la realidad cuando es necesario", explica Angela Russell, gestora de casos. "Animamos a la gente a querer hacerlo mejor en su viaje de recuperación".

"Muchos clientes de CILA no tenían hogar, estaban encarcelados o en residencias de ancianos antes de mudarse, y la mayoría necesitan CILA sólo un par de años antes de vivir de forma independiente", dijo la directora del programa CILA, Anita Lewis.

Para Doris, el CILA significa seguridad y protección, y le ha permitido llegar lejos en su camino hacia la independencia y la recuperación. Está trabajando duro para establecer un ciclo regular de recibir atención, tanto mental como física (se está recuperando de una embolia pulmonar), y reconstruir también otras partes de su vida.

"Desde que está en el CILA, Doris aprendió sobre responsabilidad personal y también ha podido trabajar para reparar y establecer relaciones de apoyo con su madre, hermana, hijos y nietos, que se vieron afectados negativamente por su historia", dijo la administradora de casos del CILA, Angela Russell.

"Estamos muy orgullosos de los progresos que ha hecho Doris en el poco tiempo que lleva con nosotros, y se está convirtiendo en esa mujer que quiere ser".